Desde Puerto Rico
En el municipio de Loíza, en Puerto Rico, ubican algunas de las playas más hermosas de todo el Caribe. En esta ciudad histórica, conocida como la capital de la tradición, viven los descendientes de personas esclavizadas y cimarrones, que desde el año 1600 se establecieron en la zona, trayendo consigo su música, bailes y costumbres. Hoy, este pueblo mayoritariamente negro, vive con el temor constante de que el mar se los trague. En medio de la pobreza y la falta de recursos, la alcaldesa Julia Nazario ha alzado la voz, clamando para evitar que la erosión costera siga devorando las costas.
Su clamor cobra vigencia precisamente porque la semana pasada la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA) de los Estados Unidos pronosticó que la temporada de huracanes en el Atlántico será más activa de lo normal para el 2025. Se anticipa un 60% de probabilidad de eventos por encima del promedio y solo un 10% de una temporada por debajo de lo normal.
El clima está cambiando mucho y en gran medida, vivimos en una incertidumbre de si algo nos va a pasar. El otro día pronosticaron altas marejadas y por suerte, no nos afectaron, pero estábamos preocupados porque nuestro problema es la erosión”, dijo la alcaldesa.
“Tenemos 14 comunidades cerca de la costa que están en peligro. Hay familias que habría que relocalizar. Esto hay que verlo como un todo… Afecta la seguridad de comunidades, nuestras playas y el turismo”, agregó la alcaldesa, electa por el Partido Popular Democrático, quien ha estado visitando distintas agencias del gobierno central en San Juan y en Estados Unidos para buscar fondos y paliar esta crisis.
Nazario añadió que ordenó que se realicen dos estudios para analizar cómo evitar que los ríos se desborden y qué hacer para que la erosión costera no siga afectando. Loíza –con unos 22,000 habitantes–, es el cuarto municipio con mayor erosión costera en todo Puerto Rico.
En riesgo todo Puerto Rico
Pero el temor que provoca una temporada de huracanes más activa no es exclusivo de Loíza. Se extiende a todo Puerto Rico. Los expertos en manejo de emergencias tienen presente el historial de destrucción ocurrido en la isla caribeña en los últimos años.
“Esto es preocupante porque es un escenario complejo para todo Puerto Rico, ya que todavía no nos hemos recuperado de los efectos de hace unos años de los huracanes Irma y María, lo que eso representó para el sistema y la infraestructura del país, y lo que sigue ocurriendo. Este anuncio de que la presente temporada de huracanes será activa, nos tiene que poner en alerta”, advirtió Ángel Crespo, una de las voces más reconocidas en la región del Caribe como consultor en Manejo de Emergencias y exdirector de esa agencia en el gobierno isleño.
Los huracanes Irma y María azotaron el Caribe en el año 2017, dejando Puerto Rico totalmente devastado. Luego, en el 2020 ocurrieron una serie de terremotos en la mitad suroeste de la isla, que, unido a una quiebra fiscal del gobierno, mantienen al archipiélago caribeño en estado de crisis casi permanente desde entonces. La recuperación de la infraestructura, particularmente la eléctrica, ha sido lenta, a pesar de que se reciben fondos de los Estados Unidos, como parte de la relación política. Puerto Rico es un Estado Libre Asociado, una relación colonial con los Estados Unidos.
“Las grandes cantidades de lluvia que cayeron en el 2017 con el huracán María socavaron los terrenos, alteraron las costas y las riberas de los ríos, destruyeron la flora y fauna y afectaron todo el país. Entonces, cuando entraron tormentas como Fiona en el 2022, que después se convirtió en huracán, y Ernesto en el 2024, todo esto siguió afectando la vegetación, sobre todo de la Cordillera Central. Esas lluvias arrastraron vegetación, los ríos salieron de sus cauces, todo se alteró”, añadió Crespo.
“Cada vez que viene una lluvia, se afecta toda la población, se provocan inundaciones, deslizamientos de terrenos, se cae el sistema eléctrico y por eso a todos nos preocupa este anuncio que hizo la NOA”, agregó Crespo.
Una temporada activa
El jueves la NOAA anunció que anticipan que por la zona del Caribe pasen este año entre 13 y 19 tormentas, de las cuales entre 6 y 10 podrían convertirse en huracanes, incluyendo entre 3 y 5 huracanes de gran intensidad, categorías 3, 4 o 5. Este pronóstico se sustenta en factores como temperaturas oceánicas más cálidas de lo habitual, baja cizalladura del viento y la posible intensificación del monzón de África Occidental. La temporada de huracanes del Atlántico inicia el 1 de junio y finaliza el 30 de noviembre.
“Este pronóstico es un llamado a la acción: prepárese. Tome medidas ahora para tener un plan y los suministros necesarios antes de que una tormenta amenace”, expresó Ken Graham, director del Servicio Nacional de Meteorología, en declaraciones oficiales.
Crespo, por su parte, indicó que una de las mayores preocupaciones es cómo se afectará el frágil sistema eléctrico que a la menor provocación produce apagones totales. El sistema eléctrico fue privatizado y ahora hay presiones públicas al gobierno para que se cambie, porque los apagones continúan. La gobernadora de Puerto Rico, Jennifer González, ha reiterado que quiere cambiar de operador eléctrico. Actualmente el servicio lo ofrece el consorcio canadiense-estadounidense, Luma Energy.
“Es importante destacar que, en la segunda mitad del siglo XX, en Puerto Rico se dio un proceso de desarrollo de infraestructura bien intenso porque el gobierno de los Estados Unidos quiso convertir a Puerto Rico en una vitrina del Caribe, para mostrar lo que era el desarrollo al tener la relación política con la nación americana. Pero han pasado los años y eso cambió. El sistema no se ha mejorado”, sostuvo Crespo.
Ahora tenemos un sistema eléctrico totalmente destruido que no se acaba de levantar y que cualquier lluvia lo pone fuera. “Esto es preocupante porque cualquier aguacero puede dejarnos varios días sin el sistema eléctrico. La realidad es que estamos con sistema vulnerable y este anuncio de la NOAA nos obliga a prepararnos. No hay otra alternativa”, dijo Crespo.
La NOAA actualizará el pronóstico de los huracanes en agosto, antes del pico habitual de la temporada que es septiembre. La temporada de huracanes va del primero de junio al 30 de noviembre, según el Centro Nacional de Huracanes.
En lo que concierne a Loíza, la alcaldesa Nazario dice que está en pie de lucha. Para mitigar los impactos, se han implementado medidas como el revestimiento de piedras en zonas críticas y la siembra de vegetación costera, incluyendo manglares y uva playera, para estabilizar las costas. Además, se han destinado fondos federales para proyectos que buscan proteger la infraestructura vial y mejorar la resiliencia de las comunidades costeras.
También ha abogado por construir el llamado “Conector de Loíza”, una carretera que sirva como ruta principal de desalojo en caso de una emergencia, y que uniría la zona de Medianía Baja frente a la costa, directamente con la carretera número 3, en los alrededores de Villa Loíza. El coste estimado es $500 millones de dólares.
“Es una vía de escape. En caso de un tsunami, más de 14,000 loiceños quedarían atrapados, sin una ruta para escapar”, señaló Nazario, quien además sostiene que esa vía ayudaría a impulsar el desarrollo económico de su ciudad.
“Solo con un enfoque inclusivo y equitativo se puede garantizar la seguridad y el bienestar de la gente frente a las crecientes amenazas climáticas”, dijo Nazario.
*Periodista afropuertorriqueña multipremiada por su actividad profesional. Actualmente conduce el programa radial En Blanco y Negro con Sandra que se emite en Puerto Rico.