Inaugurado el 28 de marzo de 2019 en la plazoleta Juan XXIII, este busto fue donado por la Fundación António Agostinho Neto, con apoyo de la Embajada de Angola en Argentina. La obra, de 74 centímetros de ancho por 1 metro de altura, fue aprobada por la Junta Comunal y la Legislatura porteña. En su base puede leerse una inscripción tallada que resume la densidad política, cultural y humana de quien la inspira: "Presidente fundador de la República Popular de Angola 1975-1979. Líder de la lucha de liberación nacional 1959-1975. Médico y poeta."
Nacido en 1922 en la pequeña aldea de Kaxicane, Bengo, Angola, António Agostinho Neto creció en un hogar protestante y sus padres eran docentes. La educación fue un pilar en su vida. Luego de formarse como médico en Portugal, regresó a Angola para ejercer su profesión. Sin embargo, su compromiso con la salud del pueblo no se limitó al cuerpo físico de sus pacientes, abarcó también la independencia, la dignidad y la justicia racial para toda una nación colonizada.
Fue arrestado por la policía política portuguesa en 1960, mientras atendía en su consultorio de Luanda. Aquella detención provocó una manifestación pacífica en su aldea natal que fue brutalmente reprimida, dejando un saldo de 30 muertos y cientos de heridos. El hecho sería recordado como la "Masacre de Icolo e Bengo" y marcaría un punto de inflexión en la resistencia del pueblo contra el régimen colonial.
Neto lideró el Movimiento Popular para la Liberación de Angola (MPLA), convirtiéndose en una de las voces más reconocidas de la lucha anticolonial en África. En 1975, tras más de una década de guerra armada y con la caída del régimen salazarista en Portugal, Angola logró su independencia. António Agostinho Neto se convirtió en su primer presidente y orientó su gobierno hacia la educación universal, la atención médica para todos y una política económica basada en la soberanía.
Agostinho Neto también fue el poeta nacional de Angola, el escritor que convirtió la opresión en versos, el enojo en palabra. Su poema “Crear”, parcialmente grabado en el monumento porteño, es una declaración artística y política: “Crear en el espíritu / crear en el músculo / crear en el nervio / crear en el hombre / crear en la masa / crear con los ojos secos.”
Para Neto, la poesía era un arma contra el colonialismo y una herramienta de sanación. En ella confluyen la dedicación de un médico, la claridad de un líder y la resistencia de un luchador.
António Agostinho Neto murió en Moscú en 1979, mientras se encontraba en tratamiento médico. Tenía apenas 56 años. Sin embargo, su legado se multiplica en las generaciones que lo siguen reivindicando no sólo como figura política, sino como símbolo de dignidad del pueblo negro. En Angola, su cumpleaños se celebra como el Día del Héroe Nacional. En Buenos Aires, su imagen nos recuerda que la lucha por la libertad de las comunidades africanas y de toda la diáspora sigue en pie.