Los seguidores de Javier Milei están convencidos de que imitarlo en el insulto y la agresión o el egocentrismo siempre es algo políticamente rentable. Pero a veces la técnica puede fallar. Ramiro Egüen, el intendente libertario de 25 de mayo, en el centro de la Provincia, quiso ser un Milei en chiquito y le fue mal: acaba de perder a dos de los principales alfiles de su construcción política en poco más de quince días. Y eso que lleva menos de seis meses desde que se pasó a La Libertad Avanza.
Egüen quiso ser el primero en pintarse de violeta. En el último enero anunció su ingreso a LLA. No lo logró. Lo llamaron del Gobierno nacional y le dijeron que debía esperar su turno.
"Lo llamaron desde el Gobierno nacional y lo obligaron a bajar el anuncio porque el primero tenía que ser Diego Valenzuela y no él." Las palabras pertencen a la concejala Claudia Lobosco, la última en abandonar las filas de Egüen, durante una conversación con Buenos Aires/12. Valenzuela, hasta ese momento del PRO, es el intendente de Tres de Febrero.
Lobosco acusa a Egüen de perseguir a quienes se atreven a contradecirlo o "decirle que no". A pesar de ser una de las primeras dirigentes que impulsó el proyecto político del jefe comunal en 2021, hoy señala que "no es el proyecto que acompañé".
Egüen estaba en el GEN de Margarita Stolbizer. Con su salto al partido de Milei, el dirigente se posicionó dentro de un radar más amplio y las denuncias de atropello adquirieron notoriedad pública por fuera del municipio. Este diario publicó la historia de cuando intentó cerrar el frigorífico local y echó a familiares de los trabajadores que se opusieron, que invitó a pelear a un comerciante que lo criticó, o que despidió empleados municipales que aseguraron perder su empleo por pertenecer a otras fuerzas políticas.
La salida de Lobosco se suma a la reciente partida de Luis Balenzano, ex titular de la Secretaría de Asuntos Públicos y “brazo armado” de Egüen, por ser autor de un condenable discurso que incluyó insultos a la oposición durante el acto conmemorativo a la Revolución de Mayo.
“Yo padecí la persecución y el hostigamiento por pensar distinto en 25 de Mayo”, dice Lobosco. “A Ramiro, cuando le decís que no a algo está dentro de su cabeza, te trata de eliminar”, describe la personalidad de Egúen. Asegura que la “decepcionó” y que “cambió mucho desde que asumió”.
Lo describe porque lo conoce. Construyeron la candidatura entre ambos. Cuenta que fue la primera dirigente con la que Egüen se reunió en 2021 para conformar la lista que le permitió arribar al Concejo Deliberante. “No tenía nada cuando tocó la puerta de mi casa”, recuerda. Dos años después, llegaron a la intendencia.
La relación actual es nula. Incluso, semanas atrás, aún dentro del interbloque oficialista, pero sin diálogo con el intendente, presentó un proyecto de ordenanza para anular la ordenanza fiscal impositiva votada en diciembre de 2024 por inconsistencias y desigualdades al momento del cobro de tasas. Lo sorpresivo fue que la iniciativa se aprobó por acompañamiento del peronismo y desordenó los planes del Ejecutivo. De todas maneras, este lunes Egüen se dispone a vetarla.
“Me salieron a pegar en redes sociales, ayer me sacaron de la oficina del Concejo Deliberante y me fui con remis para traer la documentación con la que trabajo, pero yo estoy tranquila porque este no es el proyecto que acompañé”, advierte.
No es la única que transita este pesar. Cuenta que Josefina Biscione, su compañera en el concejo, no votó a favor de una expropiación y “la salieron a defenestrar”. “A mí me acusaron de cobrar plata por alejarme de Egüen, poniendo en duda mi honestidad, pero el apoyo de la gente me mantiene con fuerza”, dice, mientras agrega: “Esto no es la Capital Federal, y cuando escupís de todo a la vuelta de la esquina te encontrás al que escupiste”.
A futuro, y con la cercanía del vencimiento de su mandato en diciembre, Lobosco asegura que no tiene decidido ir por la renovación. Cuenta que recibió “varias ofertas” de distintos espacios políticos, pero afirma que tiene la cabeza puesta en trabajar en nuevos proyectos para presentar en el concejo desde su monobloque, el cual aún no tiene nombre definitivo.
La Mileización
Las decisiones de Egüen como intendente, según Lobosco, tienen un vestigio de sorpresa. “Acompañé algunas formas porque creí que estaba subido a un personaje”, reconoce. Ante todo, ella se define como antikirchnerista y no como antiperonista, y considera que “la justicia social es transversal a todos los espacios políticos que buscan el bien común y no la preservación de la casta”. “Me molesta el país que tenemos, donde caímos en esto, donde nada se tolera y te empiezan a perseguir”, señala, y no reniega de seguir acompañando propuesta del municipio que considere válidas.
Pero al asumir la intendencia, la concejala enumera una serie de actos de intolerancia y agresividad por parte de Egüen que marcaron distancia. “No me olvido más, el último viernes de agosto del año pasado, fui a comentarle unas inquietudes de productores del norte del municipio y empezó a gritarme, preguntar qué querían, todo a los gritos, entonces yo también le grité porque todo tienen un límite”, afirma.
Retrocede un poco más en el tiempo y advierte que el quiebre la relación comienza en abril de 2024 con el conflicto por Frigomayo. Tal como contó este medio, aferrado a un error burocrático, Egüen quiso vender los terrenos donde funciona el frigorífico municipal y tensionó la relación con el concesionario a quien acusó de tener un vínculo con el ex intendente peronista Hernán Ralinqueo. Los trabajadores protestaron, incluso en la puerta de la casa de Egüen, lo que empujó a llevar al expediente a foja cero.
Lobosco no niega que había irregularidades en la situación del frigorífico, pero explica que cuando llegó el expediente para la venta había información nueva que los concejales desconocían. “Fue una semana entera de manifestaciones, totalmente entendibles porque era su fuente de trabajo, y era un caos porque cada una de las partes tenía una historia distinta”, recuerda. Hace memoria y cuenta que, el día de la votación, dos trabajadores de Frigomayo tocaron la puerta de su casa “porque son todos vecinos”. “Les dije que yo no iba a levantar la mano para que se queden sin trabajo”, apunta la concejala.
Esta mirada dispar creció y, en los últimos días, la llevó a poner en tela de juicio la fiscal impositiva de 2025. “Noté que las tasas aumentaban mucho y de manera desigual para el urbano y el rural”, explica. Además, sostiene que el intendente mantuvo una cláusula por la cual el Ejecutivo tenía la potestad de actualizar las tasas cada tres meses. “Eso lo puso Ralinqueo y nosotros siempre lo criticamos, y ahora resulta que se mantiene”, subraya.
Precisamente, no oculta sus diferencias con el ex intendente del Frente de Todos. “Muchas cosas se hicieron mal durante la gestión de Ralinqueo y nosotros con Ramiro las denunciamos”, remarca la concejala. Pero advierte que, por ejemplo, luego de dejar la bancada oficialista, Egüen le quitó su oficina en el Concejo Deliberante. Lo paradójico es que, cuando gobernó el peronismo, Losbosco y Egüen tampoco contaron con un despacho y trabajaban desde sus casas.
En este mecanismo de agresividad que dice padecer Lobosco, advierte el rol que ocupa Mercedes Squillaci, Secretaria de Gobierno y esposa de Egüen. “Salió a ensuciarme con una violencia tremenda”, cuenta y apunta a páginas y usuarios de redes sociales que funcionan como trolls. Desde su mirada, los métodos del intendente actual reproducen los de Ralinqueo.
Distancia, quiebre, violencia y separación
La relación de Lobosco y Egüen nació en 2021. En aquel momento, el actual intendente apostó a construir una lista para competir frente al peronismo bajo la órbita de Facundo Manes, quien compitió en la interna de Juntos frente a Diego Santilli del PRO. No consiguió contar con la boleta completa, así que arribó a las elecciones únicamente con la tira de candidatos a concejales que encabezó con Lobosco. Tras las PASO, ambos formaron parte de la nómina definitiva de Juntos que lideró Santilli.
“Era un chico entusiasta, joven, y llegó a casa de la mano de un dirigente del PRO”, relata Lobosco sobre su primer encuentro con Egüen hace cuatro años. Convivieron en una misma bancada dentro del HCD, protagonizaron fuertes discursos contra la gestión de Ralinqueo, lo denunciaron y construyeron el proceso político que llevó a Egüen a ganar la intendencia en 2023.
Aquel arribo del jefe comunal libertario a las puertas de Lobosco se sustenta en la historia militante de la concejala. En 2003, trabajó con los candidatos del ARI, fuerza que fundó Elisa Carrió. Tiempo después, encontró su lugar en el radicalismo local, pero la personalidad de ‘Lilita’ siempre la cautivó, por lo que se sumó a la Coalición Cívica. Es por esto que encauzó su militancia dentro del gobierno de Victoria Borrego, intendenta de la CC que comandó el distrito entre 2009 y 2015. Al tiempo, la enfrentó por considerar que hubo un ataque desmedido contra los trabajadores municipales.
Tiempo después, llegó la convocatoria de Egüen. Como llegó de la mano del PRO, se alineó en todo momento con Patricia Bullrich. Por eso, la última bancada que integró fue PRO Libertad. “Pero yo no soy La Libertad Avanza”, apunta.
Desde su mirada, una vez que asumió, el intendente de Veinticinco de Mayo relegó a quienes integraron el equipo que lo acompañó desde sus inicios y rodeó de dirigentes radicales. Menciona al Secretario de Hacienda, Sergio Mansilla, y a la de Desarrollo Económico y Producción, Jorgelina Herrera. “A lo largo de 2024 noté que cuando nos acercábamos a plantearle cosas que escuchaba en la calle, no le gustaba”, rememora Lobosco.
“Al principio pensé que era por el estrés de encontrarse con el rol de la intendencia y la responsabilidad, pero después ya no me recibió”, relata. El último intento para tener una reunión privada fue en enero de este año, y no se concretó tras una hora de espera frente al despacho.
No se arrepiente de sus decisiones. Tampoco de votar a Milei. “Era la opción que había porque si no volvíamos al kirchnerismo”, indica. Pero marca diferencias: “El Gobierno nacional habla de la macroeconomía, pero la gente vive, come y se enferma todos los días”, subraya la concejala, docente de profesión.
Con la conformación del monobloque de Lobosco, Egüen solo tiene a siete concejales que le responden más la banca de LLA que lo suele acompañar. Al menos, esa es la ecuación hasta el momento porque resta ver si no hay más movimientos por las agresiones que sufrió Biscione del PRO. Del total de diciseis concejales que integran el HCD, otras siete están en manos de Unión por al Patria.